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jueves, 14 de octubre de 2010

Dj y Discotecas# 51 años de Discoteca...


En 1959 se inauguró en la ciudad de Aquisgrán (oeste de Alemania) la primera discoteca del mundo, el "Jockey Tanz Bar".

El dueño del "Scotch Club", un restaurante y salón de baile, intentó darle un nuevo impulso a su negocio. en 1959 rebautizó el local como “Jockey Tanz Bar” y decidió contratar a alguien que pusiera música grabada en lugar de utilizar una orquesta, como era lo habitual, para abaratar costos.

Los inicios son siempre difíciles y la noche de la inauguración no prometía nada bueno. La clientela se mostraba aburrida, pues estaba acostumbrada a escuchar música en vivo.
Entre los presentes se encontraba un joven periodista local que cubría el evento, y que aceptó el reto de animar al público.


Klaus Quirini tenía entonces 18 años y aceptó el reto de animar al público. Su estilo, diferente a lo que se conocía hasta entonces, logró su objetivo y a partir de ese momento comenzó a trabajar como DJ en el “Jockey Tanz Bar”. Le pagaban 800 DM (marcos alemanes de la época) mensuales, un excelente sueldo para alguien tan joven.

Quirini contó a DW-WORLD que a sus padres no les hacía mucha gracia que el apellido familiar estuviera vinculado a este ambiente. Por eso decidió convertirse en DJ Heinrich; y de paso también se convirtió en el primer discjokey del mundo.

Al principio, no había mucha diferencia entre un salón de baile tradicional y las discotecas. Seguían habiendo estrictos códigos de vestimenta (los hombres con chaqueta y corbata, y no se dejaba entrar a las mujeres que vistieran pantalones). Con el tiempo estas reglas cambiaron.


El auge de las discotecas tuvo acogida incluso del otro lado de la “Cortina de Hierro”. En la República Democrática Alemana, los jóvenes también tenían la posibilidad de acceder a estos locales. Hasta la caída del Muro de Berlín existían unas 2500 discotecas en la RDA.

Allí a los discjokeys se les llamaba “presentadores de discoteca” y tenían que cumplir con las exigencias del gobierno. Éste ordenaba (aunque rara vez se cumplía) que como máximo, el 40% de las canciones reproducidas podía provenir de fuera del bloque socialista.


Volviendo a los orígenes de Aquisgrán, el Jockey Tanz Bar hizo escuela. En poco tiempo la fiebre de las discotecas atravesó las fronteras alemanas. Locales similares no tardaron en abrirse en Francia e Inglaterra.

Fue en la ciudad de Nueva York donde las discotecas encontraron el terreno más fértil. La cosmopolita ciudad norteamericana acogió desde un prinicipio la novedad europea, traída por los soldados que volvían a casa después de servir en las bases militares en Alemania..

Una de las primeras fue Le Club, propiedad de un inmigrante francés. El nombre hacía referencia a que había que ser miembro para entrar, o en su defecto, estar acompañado por un socio.


Abierta en el año 74, el Studio 54 se convirtió desde el inicio en la discoteca más “in” de Nueva York. Los más ricos, los más famosos, los más jóvenes y los más guapos del Jet Set americano y mundial eran bienvenidos.

Personalidades como Andy Warhol, Mick Jagger, Salvador Dalí, Liza Minelli, Cher, Woody Allen y Frank Sinatra era visitantes asiduos. Incluso algunas veces estas personalidades no pudieron entrar porque Steve Rubell, el dueño del local, elegía a su antojo a quienes tendrían el honor de pisar su discoteca.

En febrero de 1980 se realizó la última fiesta en el Studio 54 y se la conoció como “el fin de la Gomorra moderna”.

Muy lejos de todo el tumulto que se vivía en Nueva York, en Aquisgrán, el “Jockey Tanz Bar”, o el “Scotch Club”, como le seguían llamando sus clientes, continuó funcionando hasta 1992.


Klaus Quirini asegura que a pesar de haber transcurrido tanto tiempo, en lo sustancial nada ha cambiado: las discotecas siguen siendo el lugar en donde puede uno tomarse unos tragos, bailar un poco y conocer gente.

Fuente: DW-WORLD

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